Ayer conversaba con una amiga que me dijo: “Voy en busca de mi madre para encontrar mi alma perdida” y que cosa más hermosa y sabia dijo; porque si no te encuentras; una buena idea es ir en busca de lo que sucedió en tu vida pasada, antes que nacieras. Por otro lado nos dicen, que vivamos nuestro presente, el aquí y el ahora y es muy cierto, pero no podemos hacer oídos sordos y ser ciegos a no reconocer el pasado de nuestra vida.
Por supuesto que hay que ocuparnos de los tres tiempos para entendernos, entender a los demás y además ayudar a que nos entiendan y luego construir nuestro futuro en el presente para sentirnos a gusto con él.
Hay una canción hermosa de Mercedes Sosa “Alfonsina y el Mar” dedicado a Alfonsina Storni poetisa y escritora argentina, quien trágicamente se suicidó y dice:
“Sabe Dios qué angustias te acompañó, que dolores viejos calló tu voz…” y con esta estrofa tan profunda, que me sirve para reafirmar y hacer que las personas me abran su corazón, para poder ayudarles a descubrir la carga emocional que traen y ejercer la caridad de ayudarlos…”
Cuando llegué a la determinación de hacer mi sanación decidí averiguar más sobre mí, antes que yo naciera y conversé con mi mamá y bueno comprendí que traigo un pasado emocional muy grande y allí supe que en mi embarazo le diagnosticaron pre-eclampsia y la dijeron que ella o yo podíamos morir; y pude entender todo lo que ella padeció por mí, todo lo que ella vivió durante mi gestación y toda la carga emocional que significó para ella y para mí y dada esa razón pude entenderla, entenderme y sobrellevar los desórdenes emocionales y físicos que yo he padecido y ayudar a que los demás me entiendan en mi comportamiento mental y físico que de por si no es fácil.
Otro tema es saber si tuviste hermanos que te antecedieron y que no llegaron a vivir. En mi caso mi mamá tuvo dos pérdidas antes que yo y ahí me di cuenta de lo privilegiada que soy al tener la vida y de lo que mis padres pasaron antes que yo viviera.
Dada esa razón, cada vez más no puedo juzgar a nadie su comportamiento; sea lo que hagan aun cuan duro pueda ser. Porque no sabré todo lo que significó su historia emocional, no tengo derecho de hacerlo y más bien antes de juzgar primero debo entender su vida y dar una mirada al alma de ese ser humano y ponerme en su piel, en su posición; lo que se dice “ponte en el lugar del otro” y así amarlo con todos sus más terribles defectos, porque si tú no le ayudas a ser mejor ¿quién lo hará?, puede que vaya perdido por la vida, solitario, vagabundo, haciendo daño y sin perdón, como un alma penando en vida.
“Hoy párate y sé tú quién se ayude a encontrar su alma”