Una vida sin etiquetas
Dada esa razón me fui a descansar por un tiempo, quería ver ¿Qué tan capaz sería de no ser nada por un tiempo?; en ese momento no pensé en las consecuencias solo quería escuchar a mi corazón.
Por tal motivo es necesario alguna vez dejar las etiquetas; soltar ese afán de figuración, al inicio duele dejar toda la imagen que hemos construido durante años; pero vivir esta experiencia nos permitirá pisar el suelo para ser humildes, para ver realmente a las personas como son, para ver qué tan espirituales somos y qué hemos aprendido en la vida.
Tomé la determinación de ser una persona anónima, de no saber nada y esconderme entre la gente siendo uno más; deje de opinar, hablar y solamente escuchar; así pude ser simplemente una persona y colocarme al mismo nivel del otro; así ví que la perspectiva de igual a igual me ayudaba a ser objetiva, a aprender, a entender mejor la vida, a evitar la discriminación, a despreciar menos a las personas y sobre todo a comprenderlos y mirarlos con ojos de bondad y en la misma dimensión de seres humanos.