La caridad empieza en casa
Bueno un día escuche en misa una frase “La caridad empieza en casa” y fue oportuno ya que había jugado con varios intentos, sin resultado y por eso empecé a escuchar ese gran mensaje que Dios y comprendí que en ocasiones la vida coloca ante nuestros ojos situaciones evidentes que aunque no quería aceptar debía entender que los planes y propósitos definitivamente para mí eran otros.
Luego que pasó este momento empecé a entender el propósito de la vida para mí y fue que empecé a actuar. Me propuse a encontrar mi nueva ocupación sentí que debía prepararme mucho, que la formación universitaria no me servía de nada en este momento y que debía empezar una preparación muy especial y lo primero era ayudar a otros y a cuanta gente se me cruzara en el camino; empezar de abajo, aun con el dolor, con el cansancio, con el miedo, con la carencia, con el sueño y con la debilidad.
Ahora cada día estoy más centrada en este propósito que Dios ha destinado para mí y estoy muy feliz por lo que me ocurre. Llegan tiempos que uno debe pensar en los demás y vivir una vida con un propósito verdadero. Busca en tu corazón para que eres bueno, encuentra tus habilidades y dones a fin de usar tu tiempo con sentido real.