A los 8 meses de nacida tuve un accidente de auto en la que permanecimos más de 3 horas debajo de un Jepp, quien pensaría que esta situación marcaría mi vida más adelante. Crecí como una niña normal era muy inquieta y me gustaba el juego y la naturaleza, pero un día a los 10 años se vino todo abajo experimente una sensación en la que todo vi todo oscuro y empecé a gritar “me muero me muero”, según yo en mi pobre definición “era la muerte” esa fue el inició de una era de terror para mí en tránsito a la pubertad.
Mis padres me llevaron a pasar consulta al médico de aquel pueblo de Mazamari, situado en la selva central de Satipo departamento de Junín, quien dio una explicación que no les convenció: Él dijo que el bazo se agrandaba y no dejaba bombear el corazón y eso hacía que no pudiese respirar. Bueno me recetaron una leche provista de vitaminas y minerales y tome cuanto frasco y se acababa uno tras de otro, pero no calmaba esta situación.
A pesar de esto yo seguía los cambios propios que la vida nos tiene a esta edad; pero por momentos estaba aterrorizada, al inicio no quería ir al colegio, quería dormir con mis padres ya que los ataques no tenían elección, aparecían y punto y a veces me daba en la calle y pegaba una carrera hasta la casa y entraba en desesperación total.
“Realmente fui muy incomprendida y pasé muchos problemas de ansiedad durante toda mi adolescencia y juventud, debido al desconocimiento de la ciencia médica de esa época y por la lejanía en la que nos encontrábamos para ser atendida por un especialista…”
Si bien es cierto que lleve una vida sorteando esto y trate de ser feliz a pesar de todo pero sufrí mucho durante más de 30 años y por momentos hizo que tuviera una vida llena de episodios y situaciones que me hicieron tener miedo a la oscuridad, a la muerte a quedarme sola y toda esta ansiedad atrapó mi vida, en algunas oportunidades no podía lidiar con mi vida que sentía se me escapaba de mis manos y lo peor de todo es que no se lo puedes contar a tus amigos y a tu familia porque te avergüenza.
Estudie para enfermera, cosa que no me ayudaba mucho pues el dolor era un detonante de mi ansiedad. Visité muchos psicólogos, psiquiatras y no encontré sosiego, sentía que no encontraría ayuda con las terapias porque lo primero que te dan es medicación. Un día entendí que debía auto ayudarme y en el año 2000, comencé a buscar libros de autoayuda y como el que busca encuentra; encontré a Louise Hay y su betseller, “Ud. puede sanar su vida”, luego después “El poder estar dentro de ti” y empecé en un proceso de autocuración muy gradualmente y fui interesándome por otros muchos libros que sentía que me ayudaban, pero muy lentamente, pues cada vez que padecía de un evento triste, doloroso y tensionante desencadenaba un ataque.
Bueno me case y mi esposo David, no me había visto en un ataque, hasta que un día después de cinco años de casada en que llovía, no había luz en casa, me puse muy ansiosa y tuve un gran ataque en la que él se asustó mucho ya que ese día fuimos a parar a la emergencia de un hospital en paños menores y fue entonces cuando pensé porque no podía ser una persona normal, no podía vivir así atrapada por años y decidí acabar con esta prisión y sanar mi vida, ahora por cuenta propia, antes que ella me acabe; coincidentemente en ese momento estaba pasando un momento de tensión laboral y hastío en el trabajo.
Creí que llegaba el momento de enfrentar e identificar el detonante de los ataques, así que me puse a analizar y descubrí que el accidente de automóvil que tuve a los 8 meses de edad era la razón y es por eso que yo no podía escuchar un auto prendido en la noche porque eso me generaba mucha ansiedad, tampoco toleraba la oscuridad, hacer algo desconocido también y muchas otras cosas.
Finalmente el tema de la muerte era un tema que decidí enfrentarlo y me dije: Tengo tantos años de vida y todo el tiempo tuve miedo a morir y aún estoy viva; lo que tenga que pasar que pase y listo. Desde hace 7 años que no padezco un gran ataque, vivo una ansiedad limitada por eso he tenido que dejar algunas cosas a fin de superar esta situación.
Por ejemplo sigo leyendo libros de autoayuda, aprendí a disfrutar la soledad, vivo libre de presiones y trato de practicar la paz, no veo películas ni nada dramático, no tengo Tv., vivo en un lugar tranquilo, evito las situaciones toxicas y conflictos, tomo las cosas a la deportiva, disfruto de todo lo que sea entretenimiento sano, no bebo alcohol no consumo sedantes y antidepresivos, como muchas frutas y verduras y evito por todos los medios ver los diarios y periódicos, trato de ayudar a otros en que sean felices y cuando voy a entrar en ansiedad trato de cambiar mi actividad y distraer a mi mente.
“Llevo cada día superando mi ansiedad y logro controlar mejor mis emociones. Creo firmemente que se puede vencer la ansiedad y que viene a enseñarnos a vivir mejor y en paz.”