Probablemente hemos escuchado historias como esta:
“Mi cuñada, es más que una hermana para mí, me lleva al hospital, se encarga de mis medicinas, de mis citas, me hace mis dietas; pues a pesar de que tengo 4 hermanos ninguno se interesa por mí.”
Probablemente esto puede ser el caso de alguien que cuida de un familiar que ya no dispone de sus capacidades por diversas razones y esta persona puede estar profundamente abrumada por esta responsabilidad y se queja porque siendo varios hermanos, hijos, u otras personas que podrían hacerlo también, no colaboran y reclaman por qué tienen que asumir esta gran “carga”.
Por consiguiente, quizá te puedas estar sintiendo muy abrumada ahora y déjame decirte que aun cuando esto parece duro es una responsabilidad muy especial, que está reservada solo para determinadas personas, con ciertas capacidades de la que quizá aún no te hayas dado cuenta que la posees.
Es cierto que nadie nos preparara para esto, sin embargo, estas personas dotadas de estas habilidades y actitudes especiales han sido escogidas para ejercer esta gran misión designada por Dios y la vida, aun cuando parezca lo más dura posible.
“Por lo tanto, si ahora has sido escogido en una misión como esta, siéntete de lo más bendecido y agradado porque tú eres una luz que puede iluminar la vida de oscuridad de quien cuidas o de quien sufre; está en tus manos brillar cuanto puedas y hacer que su vida sea lo menos dolorosa posible.