Aun sin hijos somos mujeres completas
Hace unos días fui a visitar a una amiga y la mamá de 90 años me hizo esa pregunta repetidamente e insistentemente quería una respuesta y le contesté que no tenía hijos porque Dios y la vida no lo quiso y me respondió algo sorprendida:
Es por eso, que desde hace un tiempo me volví una estudiosa de ello y he empezado a practicar el buen uso de mis palabras, puesto que me he servido de ella. Realmente hablar puede sanar o doler y sin duda muchas enfermedades, problemas emocionales y sociales, se puedan prevenir cuando nuestras palabras son eficientes.
Luego de un embarazo fallido y cuando me dijeron que no podía embarazarme de inmediato lo comprendí y pensé que la vida debía tener otra misión para mí y ser madre de hecho no lo era; felizmente no me obsesione con la idea gracias a Dios, ni me sometí a dolorosas intervenciones y costosos tratamientos, tampoco pensé en adoptar y forzar nada que no estuviera a mi alcance.
A los demás deben tener cuidado antes de interrogar y además comprender a una mujer que no tiene hijos, de seguro hay una razón detrás de esa condición y muchas veces las razones quizá no sean tan agradables para estas mujeres; como problemas psicológicos, de elección, de enfermedad, de maltrato y violencia de género, de carga y responsabilidad previa a muy temprana edad por criar hermanos menores etc.