Viví en la cárcel del miedo desde los 10 años, luego de un accidente a los 8 meses de nacida y me afectó por muchas décadas, solo lo sabían mi padres y hermanos; en ese momento me sentía entre la espada y la pared, pues aun estando acompañada no lograba controlarlo; pero un día desperté y entendí que había un mensaje detrás de todo esto y descubrí ser una persona altamente sensible y adiós a psicólogos, psiquiatras, medicinas, etc.

El otro día hablaba con mi esposo y le decía que la pandemia ha sido el mayor examen para quienes lidiamos con algún descontrol emocional desde hace un tiempo.

Quizá estemos viviendo, un descontrol emocional (ansiedad, depresión, obsesión, etc.). Quiero decirte que no te preocupes que todo se puede manejar y se puede controlar; porque si yo pude hacerlo ¿porque tú no podrías?, debes también saber que en si no hay una receta, cada persona encuentra la luz de diferente forma, y todo está permitido mientras no dañes tu cuerpo y tu mente.

En mi caso empecé gradualmente, buscando libros de autoayuda, luego me puse a identificar qué acciones dañaban mis emociones y sentimientos, y por eso me alejé de muchas actividades que me hacían daño (noticias dañinas, actividades que no me reportaban utilidad, personas que me vulneraban mi tranquilidad, etc.) y esto me permitió conocerme y dedicarle atención a mi mundo interior, busqué ayuda espiritual y lo encontré de diversas formas.

Finalmente, en este momento no tengo miedo; pues es la oración la que me ayudó y ayuda a encontrar la paz y gracias a ella puedo mirar de cerca el mundo con absoluta calma.