En primer lugar, la responsabilidad, es una palabra tan repetida en este tiempo por millones de personas, pero con tan poco impacto, por esa razón nos cae bien revisar que tan bien aplicamos este valor en nuestro hogar.
Además, criticar las consecuencias no nos hace mejores, no ayuda, sino nos hace perder tiempo y retroceder. Necesitamos actuar, porque a causa de nuestros comportamientos rebeldes, muchas veces exponemos la vida de nuestros seres queridos a veces y también atentan a nuestra propia vida.
“Igualmente, en algún momento casi todos queremos disfrutar de esta libertad sin rumbo, sin embargo, cuando somos responsables podemos detenernos y frenar a tiempo un peligro que pone en riesgo nuestra vida; lamentablemente no todos tenemos esa capacidad.“
Por otro lado, responsabilidad, es también detenerse para reconocer las consecuencias de nuestras acciones; y somos los mayores quienes dejamos sembrada esta semilla desde nuestros hogares estableciendo límites, que necesariamente descansan y se apoyan en acciones concretas por parte de los responsables del estado y organismos.
Sería bueno aceptar un poco de culpa, porque si nadie la asume el monstruo sigue creciendo y acabará con nuestra población joven y sin rumbo.
Como ciudadana puedo hacer crítica y de mi opinión quedará una imagen, que los demás juzgaran; pero como estado y como líder es un tema de actuar con total responsabilidad, porque existe un aparato de comunicación y si es su responsabilidad promover acciones saludables.
“Por las razones expuestas se debe identificar a estos grupos vulnerables que por diversas razones hoy están perdidos, y deben escuchar su sentir y su voz, y claro que esa primera acción empieza en casa, luego desde las escuelas y avalada por las acciones del estado.