No abandones tus sueños
Nunca fui buena para memorizar las lecciones y dada esa razón tuve muchos problemas con enseñanzas memoristas y dada esa razón no encajaba en las escuelas; para mi siendo un Persona Altamente Sensible (PAS) los exámenes eran actos terroríficos ya que podía haber estudiado muchas horas, situación que sabían mis familiares; pero llegaba al examen y la presión hacía que olvidara todo; sin embargo podía tener las más altas notas en la práctica pero ene sta oportunidad no llegue a concretar el puntaje en la teoría para aprobar el examen de conocimientos.
Un tío me vio sufriendo se acercó a mí me abrazó y me dijo ya no llores sobrinita yo creo en ti porque yo te he visto estudiar ¡Se fuerte!. Sé que te atrasarás pero ya no hay nada que hacer solo continuar. Nosotros tu familia te creemos que eres capaz no importa si allá en la Universidad no aprobaste, porque para nosotros tú eres la mejor alumna, la mejor estudiante, eres el orgullo de la familia.
Con lo que me dijo me cambió el semblante y cambio toda mi actitud así que en vez de andar llorando y deprimirme pensé en levantar mis alas para volar nuevamente con más fuerza y cruzar la orilla, pues la lucha recién empezaba.
Si bien es cierto me atrase 2 años de carrera y perdí a mis amigas; pero lo que gané fue mucho más, porque gane a la mejor profesora de este curso, hice nuevas compañeras, tuve muchas experiencias lindas, conocí amigas de todos los niveles de estudios, tuve contacto con nuevos pacientes, protagonice nuevas historias y pude estudiar intensamente como si la vida se acabara, estudie más que nunca y lo mejor de todo es que estudie ya no con miedo sino con determinación con un propósito y con un plan.
Y fue que ahí comprendí que Dios y la vida me habían dado nuevamente esta oportunidad no en vano, sino para ser una mejor persona y a futuro una mejor profesional.
Cada vez que iba a clases lo hacía muy motivada por primera vez estudiaba con alegría y con todo el alma, el corazón. Al poco tiempo egrese de la Universidad para orgullo de mi mami, pues mi papá ya había partido a la casa de Dios.