Tus palabras pueden sanar
Poco a poco en el tiempo cuando empecé a trabajar en mejorar mi vida, he encontrado que aun cuando HABLAR es algo innato, también se puede aprender.
Es por eso, que desde hace un tiempo me volví una estudiosa de ello y he empezado a practicar el buen uso de mis palabras, puesto que me he servido de ella. Realmente hablar puede sanar o doler y sin duda muchas enfermedades, problemas emocionales y sociales, se puedan prevenir cuando nuestras palabras son eficientes.
También cuando las palabras son duras y ofensivas, estas se depositan en nuestros órganos, y en nuestra mente creándonos enfermedades graves. Dada esa razón debemos hacer un propósito de inspirar más que nublar con nuestras palabras y aun cuando nos sintamos atraídos por decir algo irreverente o inapropiado o soez, producto de nuestra práctica cultural; tenemos que hacer el ejercicio de entrenarnos en decir más palabras constructivas y que puedan armar el alma, gestionar una salud emocional principalmente frente a los niños, jóvenes y embarazadas; puesto que las palabras se graban y viajan al interior del alma.
Por esa razón, cuando no voy a decir algo beneficioso mejor he empezado a callar; cuida que tu palabra viaje con dulzura, con calma, que sea inspiradora e intenta reemplazar la palabra maldito, por bendito; odio por amor y me caes mal por me caes bien, eres un inútil por eres muy útil, él no se puede por el sí se puede, feo por hermoso, buenos por malos, etc.
Les dejo con este proverbio árabe: