Para empezar, vivíamos en Oxapampa, tenía 3 años y mamá había dado a luz a mi hermana y en ese lugar no teníamos parientes y tampoco disponíamos de una persona que nos asista en casa, pues papá se encontraba trabajando. Mamá necesitaba urgente algo caliente y fue que me indico que debía subirme a una silla para calentar leche.
En ese tiempo las cocinas eran de kerosene con hornillas que papá había construido sobre un armario muy bonito, por lo tanto, la cocina queda alta para mi tamaño. Sin embargo, eso no fue impedimento para conseguir realizar la tarea de mamá. Esa fue mi primera relación con la cocina a esa edad, y para mamá un ejercicio de enseñanza aprendizaje que me dio muy pequeña.
Bueno ella me dijo: Coloca la silla, ¡ahora súbete, prende la cocina y coloca la leche.
Ahora que lo pienso mamá en ningún momento titubeó para darme la tarea y por lo tanto, yo seguí fielmente cada paso sin miedo.
“De seguro muchas mamás habrían pensado “se va a quemar”, “se va a caer”, “se va a voltear la silla” pero nada ello lo hizo con tal firmeza y con seguridad la lista de tareas que debía hacer de la función principal que era calentar la leche…”
Las mamás ejercen un liderazgo increíble en sus hijos; la mía era muy firme y era muy buena entrenadora y gracias a ella aprendí un sinfín de habilidades, desde pequeña.
A los 7 años me enseñó a hacer un buen arroz, cocía a máquina, lavaba ropa, en fin; nunca me puso límites y será que gracias a sus enseñanzas y determinación aprendí a hacer muchas cosas siendo pequeña, bajo su dirección dado a que era la mayor.
Ella fue muy sabia y me dio mucha seguridad en mi vida y consideraba que yo podía hacer de todo lo que una mujer más grande puede hacer.
¿Y saben porque mamá actuaba así?
Es posible que lo mismo había hecho su madre con ella, aprendió a cocinar a los 4 años por que también era la mayor en su casa de las mujeres y ella decía que desde pequeña ella debía cocinar porque su mamá siempre estaba trabajando, así que antes de irse al colegio ella debía de dejar cocinando el almuerzo.
Por consiguiente, soy de la idea que no se debe restringir a los hijos a hacer las cosas; naturalmente siempre las personas tenemos el don de ayudar y además del servicio cuando pequeños.
Pero a veces se va perdiendo eso porque los padres limitan a sus hijos porque consideran que son muy pequeños, tienen empleadas o por temor; haciendo de ellos personas totalmente dependientes e inservibles para la vida.
En conclusión, una recomendación muy buena es que no le nieguen a hacer las cosas a sus hijos, denle tareas acordes a su edad, desde pequeños porque eso harán que sean serviciales y comedidos en el futuro.
Finalmente, no le generen el miedo y temor a sus hijos que voluntariamente quieren ayudar ya que eso va a fortalecer su capacidad de organización cuando adultos o cuando tengan que estar fuera del hogar en el trabajo o en cualquier otro lugar.