Casi siempre una relación, un matrimonio, una convivencia en el tiempo daría la impresión que se vive en dos escenas; la de antes y la de hoy y eso hace que se diga: el/ella ha cambiado, ya no es la misma; cuando la conocí era diferente y pareciera que la persona fuera un real desastre y llena de defectos.
“Y eso hace en muchas ocasiones que las personas se cansen y terminan separándose /divorciándose.”
Bueno empecemos ubicándonos para las parejas recién jóvenes, para los que piensan en un futuro y para los más antiguos. Yo también pasé por esto, pero entendí que no debo dedicarme a encontrar defectos, sino a descubrir virtudes ya que eso me hace más proclive a mantener el amor.
Pues toda relación de matrimonio o convivencia, pasará por esta etapa, el asunto es trabajar como todo en el día a día, sabiendo que la persona tiene tres tiempos, un pasado, un presente y un futuro.
Y no olvides que la esencia de su ser sigue estando ahí; solo cambio de estado como el agua, primero líquida maleable, luego puede volverse sólido, a veces duro e impenetrable y quién sabe se vuelva gaseoso; pero jamás perderá la materia en sí, siempre seguirá siendo un humano con alguna cosa diferente, pero al fin rescatable y con un gran poder interior y un tesoro escondido que en ocasiones algunos con paciencia logran visualizar y encontrarlo.
Dedícate a encontrar amor, más que defectos y agradece la persona que hoy tienes a tu lado.
Y así “Quizá un día así, como la luz de Dios broto el amor…” como dice la canción de Chabuca Granda se hará un milagro.