Cuando el desempleo es oportunidad
El desempleo nos permitirá que paremos, analicemos nuestra vida, replantearnos, gestionar y reinventarnos; y viéndolo así es un buen momento que nos llevará a una transformación personal en todo orden.
Tampoco tratemos de dar pena al desempleado, ni de mirarlo con lástima y aislarlo; sino más bien de admirar que tendrá la oportunidad de vivir la vida desde otro horizonte, que podrá relentizarse de este mundo agitado y podrá ubicarse en una posición de aprendizaje y crecimiento. Y si de ayudarlo se trata hazlo sin ninguna exigencia.
También cuando las palabras son duras y ofensivas, estas se depositan en nuestros órganos, y en nuestra mente creándonos enfermedades graves. Dada esa razón debemos hacer un propósito de inspirar más que nublar con nuestras palabras y aun cuando nos sintamos atraídos por decir algo irreverente o inapropiado o soez, producto de nuestra práctica cultural; tenemos que hacer el ejercicio de entrenarnos en decir más palabras constructivas y que puedan armar el alma, gestionar una salud emocional principalmente frente a los niños, jóvenes y embarazadas; puesto que las palabras se graban y viajan al interior del alma.
Por esa razón, cuando no voy a decir algo beneficioso mejor he empezado a callar; cuida que tu palabra viaje con dulzura, con calma, que sea inspiradora e intenta reemplazar la palabra maldito, por bendito; odio por amor y me caes mal por me caes bien, eres un inútil por eres muy útil, él no se puede por el sí se puede, feo por hermoso, buenos por malos, etc.