Voy a narrarles esta historia que hace un tiempo tuve con una amiga maravillosa; trabajé con ella muchos años, pero un día producto de nuestras incandescentes emociones nos distanciamos, fue por algo inapropiado y así pasaron cerca de 10 años.
Por consiguiente, un buen día estaba viendo unas fotos y me acorde de ella, y me pregunté que habrá sido de su vida en este tiempo, tuve mucha melancolía por haber dejado esa conversación pendiente sin solución y realmente quise de corazón hablar con ella y pedirle perdón y si la vida lo permite reiniciar la amistad o dejarla ahí.
Luego pasaron dos días, fui a visitar a una amiga y ella me dijo que tenía el teléfono de ella y sí pudimos conversar, y nos reímos, recordamos viejos tiempos, le pedí perdón, si bien es cierto no pudimos retomar mi amistad, pero pude cerrar mi ciclo con ella.
En consecuencia, ¿Cuantas veces se separan las familias, amigos, socios, parejas, etc. por diversos resentimientos, desacuerdos y ofensas?, que hace que finalmente quede una conversación pendiente.
Finalmente, pasa el tiempo, preferimos olvidar y no tocar el tema; pero en el fondo de tu corazón sabes que existe una conversación pendiente y que si hoy te fueras no habría paz en tú corazón.
Cuanto desearías que una mano mágica arregle el asunto, sin embargo, eres el único para sanar y cerrar este ciclo pendiente.
En conclusión, busca esa oportunidad para sanar y que tu palabra pueda pasar de una conversación pendiente a una inspiración presente.